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-Bedman: "Hatshepsut fue una gran reina y faraón de un Egipto próspero y en paz"

23 de Abril de 2012

"Hasta ahora los historiadores tendieron a tachar a Hatshepsut de usurpadora, ambiciosa y hasta una déspota que mantuvo secuestrado a su medio sobrino Thutmosis III durante su infancia. Nada de eso es cierto. Fue una gran reina, una gran mujer que por derecho de nacencia llegó a ser Faraón de Egipto, con un reinado próspero y de paz durante unos 22 años".

Con esa afirmación hecha ayer en el Club FARO, la egiptóloga Teresa Bedman rompía un estereotipo volcado sobre una de las cinco mujeres que, en 3.000 años, llegaron a ser soberanas de Egipto, una de las más famosas y atractivas para los investigadores. La arqueóloga habló sobre "Hatshepsut, de reina a faraona" y tal aseveración no era simplemente la propia de un historiador que revuelve entre legajos sino que tenía la autoridad de quien, con su marido, Francisco J. Martín, estuvo seis años, entre 2003 y 2008, dirigiendo "in situ" trabajos de excavaciones en las inmediaciones de su templo, Deir El Bahari, en Luxor, abriendo una nueva perspectiva sobre "uno de los personajes más interesantes de la historia egipcia", quizás tratada siempre por historiadores masculinos bajo el tópico prisma de la inferioridad femenina.

Autores ambos de "Hatshepsut", el libro que en La Esfera de los Libros recoge esas últimas investigaciones, Teresa Bedman situó ayer al público que abarrotaba el auditorio do Areal vigués en la perspectiva histórica de este reinado. Nadie hasta ahora había incidido en por qué una mujer trata de hacerse faraona en Egipto, algo muy raro y especial, y la egiptóloga retrocedió más o menos al 1.500 antes de Cristo, con Egipto invadido por pueblos extranjeros.

Solo Tebas (actual Luxor) se mantenía al margen de la conquista, intentando desde allí sus príncipes expulsar a los invasores del país. Se sabe que los faraones se casaban entre hermanos para mantener la pureza de la sangre real (lo que, según dijo Bedman, no debe ser entendido como incesto) y Hatshepsut, hija de Tutmosis I y de la esposa real, la reina Ah-Més Ta-Sherit, estaba destinada a casarse con Amen Mose, hijo también de Tutmosis I pero de sus relaciones con una concubina Pero Amen-Mose fallece igual que su otro hermano, Uadye-Mose. debió conformarse con casarse con su hermanastro Tutmosis II (nacido de una esposa secundaria o concubina del padre de ambos) para cumplir con la legalidad. Pero éste muere a los 3 años de desposarse con ella y esto facilitó su avance hacia el preciado trono.
Ya hay datos, según contó Bedman, que hacían presuponer que Hashepsut era la favorita de su padre, Thutmosis I, a quien acompañaba por todo Egipto como primogénita. Pero tras morir precozmente su hermanastro y marido Thutmosis II, se crea un vacío de poder. Los partidarios de Thutmosis III, hijo de Thutmosis II y otra concubina, prepararon los fastos para convertirle en faraón pero Hashepsut contaba con dos poderosos valedores: a Hapuseneb "primer profeta de Amon" y Sen-enmut.

El sucesor varón de rey difunto era un niño de corta edad, y ella era la persona que más legitimidad poseía para ejercer el poder sobre el trono, y es a partir del año 2 cuando ella asume el control efectivo de Egipto. "Comprendió la situación de Egipto al prescindir de las campañas militares y fomentar el dominio comercial y cultural. En su tiempo tuvo lugar la primera expedición comercial y fue al mítico Punt, en busca de incienso. Hubo una serie de transformaciones, grandes construcciones y una paz que se extendió a lo largo de sus 22 años de reinado", dijo Bedman.

La ruptura de la tradición no fue aceptada por sus contemporáneos y de ahí que fuera tildada de ambiciosa y tirana. El resultado fue una campaña orquestada por su sobrino Tutmosis III para borrar de la memoria su legado y su persona.

Pero no lo hizo sola. Sen en Mut, su preceptor, tuvo mucho que ver. Convertido en uno de los hombres más poderosos de la corte real, fue la sombra de la reina y Bedman supone que su compañero amoroso. Arquitecto de profesión con una gran diversidad de conocimientos y encargado de erigir el templo de la reina en Deir El Bahari, supervisó todas sus decisiones y administró sus bienes.
Un mujer que rompió esquemas de poder

Hatshepsut, según la lógica de Bedman y su marido, "reafirmó la presencia femenina, heredada de las mujeres del principio de la dinastía, para transmitírselo a su hija (Neferu Ra) con la idea de crear una rama femenina que tuviera la misma importancia que el rey, al que respetaba" .

Así pues, el objetivo de estos egiptólogos ha sido intentar explicar el personaje justificándolo en su comportamiento, sin obviar ese movimiento emprendido por las mujeres de la dinastía XVIII que encontró en Hatshepsut el cúlmen al convertirse en faraón y reinar durante un periodo en el que no hubo pérdidas territoriales, las cuentas marcharon bien y se impuso la paz.

Pero hay una gran figura que destacan, la de su valedor, Sen en Mut. "Pese a su origen modesto -afirmó- , gozó de privilegios que aún hoy desconciertan a los egiptólogos, como, por ejemplo, hacerse esculpir en los templos junto a la reina. Detalles que han llevado a muchos estudiosos a coincidir en la posible relación sentimental entre ambos. Yo creo en ello".

Es tal la importancia de este personaje, que su estudio es según Bedman fundamental para entender la figura de Hatshepsut. Así, la misión de Martín Valentín y Bedman en su hipogeo (capilla o edifico subterráneo construido por Sen en Mut) dio como resultado hallazgos sorprendentes. Localizado en las zonas aledañas al templo de la reina, la investigación se topó con que esta construcción había sido excavada en función de la capilla Hat-Hor, en el interior del templo de la reina, en una imaginaria línea recta que los mantiene en comunicación en el "más allá".

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