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-Las disputas de Grecia y Egipto por recuperar sus reliquias arqueológicas.

00 de 00 de 2012

Ayer Berlín celebró los cien años del descubrimiento del busto de Nefertiti,y si bien la obra la ha reclamado Egipto desde 1924, Hermann Patzinger, el presidente de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano señaló que el busto no será devuelto a Egipto. “Nefertiti permanecerá en Berlín, porque es parte de la herencia cultural de la humanidad”, señaló.

Aquí presentamos algunos de los descubrimientos arqueológicos que hasta el día de hoy generan conflictos por su "verdadera" patria.
El Busto de Nefertiti es una escultura considerada por muchos como una de las obras más grandes del arte egipcio. Fue elaborada por el escultor Real Tumose en el reinado de Ajenatón. Nefertiti, fue la gran reina de la dinastía XVIII de Egipto y Gran Esposa Real de Ajenatón.

La escultura fue descubierta el 6 de diciembre de 1912 en unas excavaciones realizadas por el egiptólogo alemán Ludwig Borchardt, a quien se le acusa de ocultar el verdadero valor de la escultura en conversaciones con las autoridades egipcias para apropiarse del busto. Luego de lograr trasladar la escultura a Alemania, James Simon, comerciante y benefactor de la excavación, se quedó con el busto un par de años sin exhibirla al público por pedido de Borchadt, quien quiso mantenerla en secreto. Fue finalmente en 1924 que el busto fue presentado en el Museo Neus de Berlín. La escultura fue exhibida hasta que cerraron el museo en 1939 producto de la Segunda Guerra Mundial. El Busto y otros artefactos históricos fueron guardados hasta que la guerra terminó. La escultura formó parte de museos estadounidenses y egipcios hasta que finalmente retornó a Alemania en el 2009.

Desde que se reveló el busto al público en 1924, las autoridades egipcias han demandado su retorno a Egipto. En 1925 Egipto amenazó con prohibir toda excavación alemana a menos de que devolvieran a Nefertiti. Cuatro años más tardes, Egipto trató de negociar la devolución de la escultura, proponiendo a las autoridades alemanas intercambiar algunos artefactos históricos a cambio del busto, sin embargo Alemania no respondió al respecto. En 1933 Hermann Göring consideró devolver el busto al Rey de Egipto como un gesto político, pero Hitler se negó, señalando que construiría un gran museo en Alemania para Nefertiti.

En 1989, el presidente egipcio Hosni Mubarak anunció que el busto era "el mejor embajador para Egipto" en Berlín.

El Dr. Zahi Hawass, secretario general del Concilio Supremo de Antigüedades Egipcias, cree que Nefertiti pertenece a Egipto y que el busto fue sacado de Egipto ilegalmente y por tanto debería ser devuelto. En el 2005, Hawass le pidió a la UNESCO intervenir para la devolución del busto.

Varias autoridades alemanas han intentado refutar los reclamos de Hawass, indicando los documentos de 1924 en donde está especificado el pacto de Borchardt y las autoridades egipcias, e incluso han argumentado que el busto ya es muy frágil para ser transportado. Documentos dados a conocer en el 2009 señalan que Borchardt enlistó el busto en su inventario como "busto pintado de una princesa", pero en su diario personal estipuló que se trataba de la cabeza de Nefertiti. Hawass señala que esto prueba que Borchardt sabía lo que había encontrado pero lo enlistó sin dar muchos detalles para no llamar la atención de las autoridades egipcias y poder sacarlo del país.

Actualmente el busto todavía se encuentra en el Museo Neues en Berlín.

Mármoles del Partenón
Los mármoles del Partenón también han estado en una constante disputa luego de que Thomas Bruce Elgin en 1801 consiguiera un permiso de las autoridades del Imperio Otomano para remover algunos de los mármoles del Partenón y llevarlos a Gran Bretaña, en donde se exhiben hasta el día del hoy en el Museo Británico.

Algunas de las esculturas del Partenón se encuentran actualmente repartidas por varios museos del mundo, incluyendo el Louvre en París y en Copenhague. Cerca del 50% de las esculturas sin embargo, todavía se encuentran en el Museo de la Acrópolis en Atenas.

Desde 1983 que el gobierno griego ha estado haciendo campaña para que los países devuelvan las esculturas, sin embargo el gobierno británico ha rechazado la petición.

Aguja de Cleopatra en Nueva York.
Este es el nombre anglosajón que reciben un par de obeliscos de 21 metros tallados a orden del faraón Tutmosis III en el siglo XV a. C. A pesar de que las estructuras son egipcias, fueron erróneamente llamadas con el nombre de Cleopatra.

Actualmente una de las agujas se encuentra instalada en Londres, mientras que la otra en Nueva York.

En el caso de la aguja de Londres, ésta fue un regalo de Mehemet Ali a Reino Unido en 1879 para conmemorar la victoria de Lord Nelson en la batalla del Nilo y la de Raphl Abercombry en la batalla de Alejandría en 1801.

En el caso de Nueva York, Ismail Pasha, virrey de Egipto, ofreció uno de los obeliscos a Estados Unidos en 1879 para cultivar las relaciones comerciales.

La superficie de la piedra con la que están construídos contenía una serie de jeroglíficos egipcios grabados en su superficie. Fotografías tomadas al momento en que el obelisco fue instalado en Central Park muestran que los grabados eran bastante legibles, sin embargo su buena conservación se debía al clima seco de Egipto, en donde pesar de sus 300 años no presentó un desgaste. Sin embargo actualmente, el clima de Nueva York, la contaminación y la lluvia ácida han degastado su superficie, en donde ahora los jeroglíficos no se pueden distinguir muy bien. Frente a esto, Zahi Hawass mandó una carta abierta al presidente de la Conservación de Central Park y al alcalde de la ciudad de Nueva York para que mejoraran sus esfuerzos por conservar el obelisco. De acuerdo a Hawass, si no toman medidas para proteger el obelisco se encargará de que la aguja retorne a Egipto.

Actualmente existen distintos obeliscos repartidos por el mundo, y menos de la mitad se encuentran en Egipto en el lugar en donde fueron originalmente construidos.

Piedra de Rosetta
Este monumento fue uno de los que permitió por primera vez entender los jeroglíficos egipcios, pues presentaba en su superficie un texto grabado en tres idiomas distintos, en griego antiguo, en jeroglíficos egipcios y en egipcio demótico. La piedra se remonta a 196 a. C, y fue descubierta en 1799 por un soldado francés durante una campaña de Francia en Egipto. Con la derrota de los franceses a manos de los británicos la piedra pasó a ser posesión de los ingleses, quienes la exhiben hasta el día de hoy en el Museo Británico.

En junio del 2003 las autoridades egipcias pidieron por primera vez la repatriación de la Piedra Rosetta, sin embargo el gobierno británico no respondió.

En el 2005 el Museo Británico regaló a Egipto una réplica de la piedra, la cual exhibieron en el Museo Nacional de Rashid.

En diciembre del 2009, Zahi Hawass pidió prestada la piedra para la inauguración del Gran Museo Egipcio de Guiza en el 2013 a cambio de no seguir reclamando su devolución.

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